Tradición y vivencias.

Al dar un paso a la calle, caminar o estando en nuestros hogares, escuchamos coloquialmente, un sobrenombre.
Esto es una tradición; ya que desde épocas anteriores en muchas partes de nuestro territorio venezolano, se solía escuchar diciéndole, Cheo a José, Chelo a Consuelo, Chabela a Isabela o a Elizabeth, y así infinidades de apodos que daban una interpretación diferente salida del nombre de cada persona. Otras más joviales son aquellas que según sea el físico de la persona salen cosas como “Cabeza de Televisor” dado a una persona con una cabeza grande, “Boquita de pescado” a aquella o aquel de boca prominente, “Cabeza de mango” es un hombre mayor que está perdiendo cabello o le queda poco y se nota con gran relevancia la llamada calva, “Sopla bistec” es el o la que le quita la pareja a otra persona, de estas formas nos podemos topar con mucho más. Sin dejar atrás a nuestras abuelitas, a las cuales todos llamamos por muy querido apelativo como TATA, NANA, NONA…
Son pequeñas frases que se convierten poco a poco tan importantes como el nombre que nos dan de nacimiento, son la referencia muchas veces cuando preguntamos por alguien y se desconoce quién es por su nombre; pero es popularmente conocido por todos en su sobrenombre.